Sentimientos de tierna añoranza. Que Dios me tire un rayo encima si no es bueno y terrible acordarse de algunas ternuras de la infancia, de algunas cosas terribles de la infancia, como las aulas de las escuelas vacías, esos patios con esa bandera celeste y blanca tan tonta, y verse a uno ahora, calvicie incipiente, cigarrillo en boca, garroneando sabidurías de la lata de emergencia y preocupadisimo por el poco rendimiento académico de la vida misma. uno quiere creer en pensar en horizontes lejanos y por dentro carga uno una piedra inmensa que no destruirá ningún avión o ningún naufragio de barcos.
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