Todos los zapatos que até
los tuyos, los mios, los de los pequeños
para sostener la trama de esta tragicomedia
las veces que bajé el mentón para cortar
un bistéc muy bueno en una casa muy mala
yo los quise desaparecer a todos ustedes
a cada masticar a cada bocado
a cada trago garganta abajo y quise que
se me hiciera a un lado de la vida o desaparecer
bajo mi camisa. Amén. Se me hizo.
Ahora en mi noche solo mía miro desde el balcón
las luces de la gran ciudad y el cielo claro
claro como un atropellamiento
luminoso como un suicidio doble
están en tu cabeza los mas maravillosos pensamientos
para mi persona y para un universo en general
hay en mi pecho los sueños de el humo que como
una gran hormiga azúl levantaron un imperio imposible
que ahora pone precio a mi propia cabeza
Sea entonces el precio de esta noche una cabeza
sea esta noche el precio de una cabeza que
tararea antojadiza un nombre que lleva
indiscutiblemente mi cabeza.
Aferro en mi puño con trémulo amor estas liendres que me
recuerdan que está prohibido matar en primavera
me calzo los pantalones terrosos que me llevarán
a ciegas a travéz de octubre, nutrido y demente
hacia el otro lado de las fiestas
donde coseran mis labios las putas nazis de la alegria
a donde mil retrasados mentales viven mi nombre
donde se encuentre el imbécil que corte la soga
que estupefacta ha atrapado mi cuello.
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