El 27 o 28, el dia del desfile militar, pasaron rasantes a los edificios de mi barrio (exactamente por arriba de mi fuckin terraza, verdadero corredor de jets y OVNIS de todo tipo) dos formaciones de aviones. Tres Hercules C-130 y un trio de jets de combate. Creo que eran A4C Skyhawk o Mirages o lo que sea que todavia tengan en la base de Morón. Fue bastante impresionante. Se los escuchó venir bastante bien de lejos. Se anuciaron bien patentes los bastardos. Tres aviones militares de carga de cuarenta metros de largo cada uno, cuatrimotores, hacen mucho ruido, en especial desde que uno no los espera y el sonido de sus motores parece encarnado a la conciencia de gente ya no tan joven como yo. Ecos de la guerra que le dicen. Carla estaba lavándose la cara en el baño y yo salí corriendo al balcòn a ver que onda. Me gustan mucho los aviones. Un resabio del aeromodelismo y de una humanidad mixta. Suelen pasar cada dia mas cerca de las terrazas, no se por qué. Y cuando escuché a estos venir, muy potentes y muy ruidosos... supe que eran aviones a turbohélice, no de jet., y que eran varios y que venian en formación. Y los vi, pintados de verde, rasantes, en giro cerrado hacia la izquierda, HACIA EL OBELISCO, dije, ok, que no sea otra vez lo que alguna vez fué. Después aparecieron los jet de combate. Primera vez que veo un escuadrón, en formación cerrada, a quinientos quilometros por hora, girando hacia la izquierda, muy juntos, muy verdes, muy... Fui y le dije a Carla: me jodés, acaban de pasar seis aviones de guerra por arriba de Balvanera che, que onda. Los escuchaste? Carla me dijo que nó. Después pasaron mas aviones. Ahí Carla sí los escuchó. Yo pensé en fragilidad y en cosas muy endebles, como los cuerpos por dentro, y en metal y en casas tomadas. No me asustè, pero tampoco me pareció un sonido muy cómodo que digamos. Pensé, como lo pienso a menudo vaya a saber Dios por que en un pensamiento recurrente, en que si te vas a hacer milico, tenés que ser un buen milico. El hombre violento en tiempos de paz se violenta consigo mismo. Mi balcón está sucio, huele a lluvia, huele a múltiples pasados y lo atraganta algo mas que el polvo. Por un momento recuerdo ciertas canciones inocentes de libertad de la infancia, una mezcla de Suí generis tardío y bucólico y que entre 1980 y 1984 no sentí el calor del sol hasta que se lo dejó entrar a mi casa allá en Palermo. Y recuerdo a mi abuela Blanca sonriendo el dia que Alfonsín fue electo presidente. Estaba radiante. Y eso que mi abuela era peronista peronista con la libreta peronista del 45. Corre en la sangre de mi familia tiempos de libertad y tiempos de extrema zozobra. Lllevo en la sangre como una jarretera, como un blasón y como un virus esas cosas... Por eso aunque yo sea un vago de primera categoría y quiera dormir mucho me levanto bien temprano, antes de que los demás levanten las persianas, y hago mis cosas escondido en la noche.
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