Digamos que tengo trastorno bipolar hace casi quince años y que me pesa.
Por ende, tratamiento constante, medicaciòn, terapia psicologica.
Pienso en aquellos artistas o un conglomerado de diletantes que solo dicen podrian operar desde la presiòn, la opresiòn y la congoja.
Que daria yo por siete dias de felicidad absoluta. No un año, no seis meses. Solo una semana.
Hace calor en Balvanera. Mucho ruido, es ensordecedor. Un asalto brutal a los sentidos. Tengo un oido con un tapon o algo asì. Me viene afectando desde hace casi dos decadas. No escucho bien. Tengo el oido izquierdo hipersesible. Estoy angustiado. El quilombo me mata. Mi vieja no està bien. Mi hermano esta preocupado. Las expensas me matan, sobrevivo con argucias, papas, huevos, sin excesos, de vez en cuando una birra con Ingrid. Trato de agradar. Vivo con miedo extremo. No me gusta donde vivo. Soy sincero desde este blog porque en realidad no tengo gomìas en situacion de calle espiritual como la mia. Mis pocas alegrias vienen de la musica, pero puedo imaginarme cierta simpatia post mortem hacia mi que no me sirve de nada.
Mientras escribo esto, Balvanera parece orgasmar en su enteridad.
Gritos inmaduros en la calle.
Extrema ansiedad, nerviosismo.
Me debn de haber diagnosticado bipolar hace mas de una decada, pero mi mejor terapeuta, las querida Bruna, me dijo una vez, tan amable y cordial como siempre y humana: "Che, yo a vos nunca te vi manìaco, para mi sos depresivo, sin màs". Lo cual no me afectò mucho, porque mis alegrias son privadas y reclusas, apartadas de la visiòn de la gente. Puede que sea cierto. No recuerdo ultimamente haber tenido tiras y aflojas con el tema de subir y bajar de animo. Cuando estoy meramente OK, para mi es un buen momento. Es como una tregua en una guerra sin fin de 42 años de duraciòn. Y cuando estoy down, se siente como un mazazo en el pecho, puntadas, palpitaciones, mal sueño. Despierto por la mañana y me cebo unos mates mientras sube el sol. El principio del dia es la mejor parte del dia, siento una pizca de esperanza. Al mediodia ya estoy nervioso, la tarde ya directamente estoy histerico y a la noche me escondo en las mantas, y me siento poco hombre, poca cosa. Vivo en el miedo.
Creo que voy a necesitar un antidepresivo. Lo hablarè con la doctora. Estoy llendo a un centro de salud nuevo a vera una nueva psiquiatra. Es joven y descontracturada. Me mandò a hacer un analisis de sangre, el cual hice y salio que tengo el colesterol por las nubes. Tambien me prescribiò un ECG, el cual no pude hacerme por ahora. La gorda de Pami ni sabia lo que es un ECG y me mandò a preguntar... a la seccion de radioterapia de la cartilla medica.
Lindo toque de tacto. Finisimo.
Imposible dar con el medico de cabecera. Se está quedando ciego y no atiende nunca el telefono. La ultima vez que fui, hace como dos años, tuve que leerle el esfignomanomenometro (era electronico y de digitos grandes en una vieja pantalla LCD). Pobre tipo.
En suma: nervios, panico, noches aterradoras.
Estoy viendo a una chica y me preocupa no estar ni a kilometros de al 100 por ciento de lo que puedo dar.
Solo quiero ser bueno, pero ser bueno, en este barrio de hijos de putas, es ser un boludo. Cansado de las expensas, cansado de la humillacion de vivir en una casa que se cae a pedazos, cansado de que eladministrador con su cara de poker me diga que no tiene ni un plomero para "prestarme". He pagado 4.004 pesos de expensas hace cuatro meses.
Me merezco unas vacaciones, pero el precio monetario y el precio de la culpa me lo hace imposible.
Las pocas buenas que llegan son de la escritura y de la musica.
El mes pasado me publicaron un relato, "La novia", en una revista impresa que se llama Extrañas Noches. Fui a comprarla a Escalabrini Ortiz, pero cuando lleguè, en medio de una tormenta descomunal y un aguacero, descubri que el precio de la revista era 60 pesos. Carisimo. Preferì comprar una Rolling Stone vieja. No me alcanza ni para comprar mi propia literatura.
En fin...
Escribo estas palabras para soliviantarme porque la unica oreja que tengo es la mia.
En un futuro, querria mudarme a algun valle en Còrdoba. Me merezco ese autoamor.
Quisdiera no llorar ahora, no puedo. Contenerè las lagrimas, para que no me hagan un monumento como el de Cobain, con unas alas de bronce muy pesadas.
Mirà lo que le pasò a Ícaro por volar tan cerca del sol con sus alas de cera de mierda.
Fin del reporte navideño.
Vida!
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