Abrì la boca, esperando la hostia. El diablo se viste de blanco, piensa el viejo cura, dirè amèn por èl que ha
olvidado el santo protocolo... El viejo cura dijo: amèn, entonces. Las viejas acababan mietras dormian pensando, soñando con los cowlicks del sacerdote.
Depositò la hostia en mi boca y la mastiquè pensando en blanco, vestido de blanco.
Sabìa a pan.
Era pan, no cabia duda.
Yo queria ver a jesùs saliendo de entre las nubes
yo queria ser amado, alguien que me iluminara en la noche, a mis padres juntos otra vez. Una explicaciòn. Me ahogaban en juguetes y asi me mantenian estupido y activo, entre suaves tules.
Me hicieron, estos hijos de puta: canìbal, amable, piadoso. Y por estos crìmenes imperdonables me hice guacho y cariñoso.
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