Si tuviera a estas alturas del partido
un corazon
te diria que hay un rio tibio y azul que corre por debajo de la tierra de mi corazon
tal vez yo enterre ese corazon que me pertenecia
con toda la gente que conoci y que ahora esta muerta o alejada
los amigos y amigas y amores que conoci en los loqueros de
Buenos AIres.
Sus corazones estaban locos tambien, locos de
odio, de vitaminas vencidas, locos por
haber bailado al son de la cancion incorrecta
locos por sus padres y sus abuelos y sus primas y su propia
sombra roja contra un fondo de pared verde
esas paredes se cerraron sobre ellos y los paretaron en el
pecho y todo lo de adentro se salio para afueray los medicos
y los doctores y sus amantes ora de dia o de noche
lo volvieron a meter todo adentro como pudieron, cerraron
el cierre del cuerpo aun tibio y los dejaron sobre mesas
con pulseritas o autitos de arcilla pintados en colores
medio muertos.
Amo aun esos corazones, algunos van a salir afuera
otra vez a dar patadas al mundo de la luz solar,
otros no dejaran de morderse la cola como un perro
rabioso.
Me digo, es lo que hay, es lo que hubo y lo que habra.
Descubriran lo que hice con mi corazon y me diran
en el estupor medicamentoso de que alguien los comprende,
tal vez traten de tocarme con manos tibias,
tal vez pasen una noche en mi cama o tomen mate
hasta que se vaya el frio o el dinero para la cerveza.
Tal vez algun dia vuelvan todos a llevarme a
un lugar de silencio
donde ni las mariposas ni las hormigas recuerden
haber tenido memoria.
Tengo 49 años y naci ayer.
Hace tan poco tiempo.
Todos se juegan en corazón, sin saber qué es, en causas que no valen la pena, en juegos que deberían ser simple diversión y no causa de penas.
ResponderEliminarTodos pierden por igual, incluso aquellos que creen haber ganado.
Saludos,
J.