Sueño turnulento, de 12 de la noche a 4:30 de la mañana.
Llueve mucho. Torrencialmente. El agua es tan fuerte que se cuela por las ventanas. Recibo una llamada por telefono de mi vecina, diciendo que hay un merodeador cerca de las ventanas del edificio. La terraza de el edificio de al lado esta a la altura del segundo piso. Parece que hay alguien dando vueltas debajo de la lluvia. Miro desde la ventana del lavadero y exactamente, veo una figura apenas sugerida debajo de la lluvia torrencial, en medio de el estrepito del agua, la tormenta, la oscuridad fosforescente y violenta de la noche. Lo veo caminar, deambular, de derecha a izquierda, veo sus ropas mojadas, su pelo grueso y mojado, y su paso cansino hacia la izquierda. Desaparece. Es una figura fantasmagorica y espeluznante. El exterior de mi edificio esta hecho mierda, con grandes pedazos caidos y derruidos, donde se pueden ver cañerias y las tripas metalicas desnudas de el interior. Grandes pedazos de parede desaparecidos por cien años de malas noticias, de mal clima. Voy al primero para ver las ventanas que dan a la terraza de el edificio del al lado, llevo un cuchillo grande. Primero es un cuchillo blanco, despues un cuchillo con el mango de asta. Abro la ventana.
La japonesa del primer piso me dice, riendo, desconsolada e histerica, asiatica como es:
- Total tengo los 4000 pesos de su alquiler.
Me doy vuelta y otro ponja con barbijo se sonrie achinando mas los ojos, si eso es posible.
Tomamos un colectivo, tal vez el 118... azul y blanco y rojo.
Vamos a bajar del colectivo solo si empujamos a travez de un contingente de loquitos que huelen muy mal, vestidos con camisas que huelen a mierda y orina.
Son fibrosos y atleticos, tal vez pasen hambre, pero no les importa, estan demasiado locos para reaccionar.
La lluvia ha parado. Voy con ella a buscar al merodeador. Resulta que me parece que lo he visto vendiendo café, con algunos termos debajo de los brazos. Vamos hacia el lado de Dorrego y Libertador. Por alguna razon siento la presencia de un tren en las proximidades... trasunto un andén. Espacio verde, oxígeno. El sueño transcurre inmisericordemente. Bajamos a la altura de una plaza, un espacio verde, vamos a donde sé que estan los indigentes y los locos. Caminamos. Veo un cumulo de gente, una pequeña muchedumbre nefgril, son niños harapientos de la calle, hostiles, desenfrenados, que te quieren chetear hasta la ultima colilla de cigarrillo. Algunos viven en taperas y en casitas improvisadas con telas y plasticos. Huelen. Se acercan, me hostiga por algo, quieren algo... Seguimos caminando y tomamos un colectivo. Es un colectivo lleno de luz, brillante. Vamos andando en lo que seria contramano de Libertador. Estamos en avenida Libertador pero en realidad estamos en otra calle, no una avenida sino una calle, una calle palermitana, y llegamos y nos bajamos y vamos directo a EL LOQUERO. En el loquero, en el garage, a puertas abiertas, esta Dolores, mi ex novia de el 2004, en bata. Tiene una mancha de mierda en la bata, esta con su caracteristico pelo canoso teñido de un negro mate furioso en mechas secas, que casi le cubren la cara y su nariz de botonncito, un angel caido. Se la ve rejuvenecida, pero esta vestida con harapos, una salida de baño con mierda en las piernas. Sale corriendo despavorida, despatarrada: no quiere que la vea en ese estado. Se pierde por un pasillo lleno de luz, un patio interior, con mucha luz: es su casa, es donde vive de ahora en adelante. Está internada ahí. Ha sido olvidada. Vuelve a mi, sonriendo, caminando pesadamente. Saco de una bolsa un poco de ropa limpia y se la doy junto con un set de acuarelas o una bandeja de pinturas al oleo. Ella estaba dibujando. En la cama, junto a alguien mas. Ella sonrie una sonrisa muy tierna y fragil, de persona herida, de persona que vive dia a dia alejada de su familia.
Paso con mi tia Graciela (EL JUEZ DE TODO)(ha aparecido de la nada) hacia la dirección del nosocomio mental. Nos recibe un medico con rulos entrecanos. Nos pide que tomemos asiento y empiezo a describir al merodeador, a el intruso, estoy seguro que es uno de los internos, empiezo a describir sus brazos, su porte, su altura, Estoy sentado en una silla adelante del escritorio del medico. Mi tia me interrumpe para tergiversar todo lo que digo. Me interrumpe y yo le digo que se calle. Ella pone cara turbada y tensa y se calla.
Yo vuelvo la cabeza hacia el medico y el medico me mira, y yo me ahogo, ella ha tergiversado mi testimonio!
Me hundo en la silla, el medico parece estar a dos metros de alto, el sol entra por una ventana detras de su cabeza. Esta silla está muy abajo. me hundo, haciendome pequeño, perdiendo mi caracter y mi capacidad de voz.
El sueño termina.
Me desperté con una comezón en el pomulo izquierdo, inflamado por el sueño. Me pica el ojo.
La turbiedad del sueño me ha dejado ligeramente molesto, conmovido, enfebrecido.
Esas lluvias son demasiado, a veces. Tengo un problema con las lluvias fuertes, me hacen sentir extremadamente vulnerable, como si el agua fuera a entrar en toda la casa e inundarla de tristeza.
Fue bueno verla a Dolores en mi sueño. No fueron las mejores circunstancias, pero hubo una conexión. Yo la queria mucho a ella, fue mi primer novia, a los 30 años. Nos gustaba hacer el amor a la noche a escondidas de... mi tia... en mi propia casa.
Pobre mi tia, como ha sufrido en el pasado ver como yo lloraba constantemente.
Eso si, no me pude echar un polvo como la gente hasta los 30 años...
Llueve mucho. Torrencialmente. El agua es tan fuerte que se cuela por las ventanas. Recibo una llamada por telefono de mi vecina, diciendo que hay un merodeador cerca de las ventanas del edificio. La terraza de el edificio de al lado esta a la altura del segundo piso. Parece que hay alguien dando vueltas debajo de la lluvia. Miro desde la ventana del lavadero y exactamente, veo una figura apenas sugerida debajo de la lluvia torrencial, en medio de el estrepito del agua, la tormenta, la oscuridad fosforescente y violenta de la noche. Lo veo caminar, deambular, de derecha a izquierda, veo sus ropas mojadas, su pelo grueso y mojado, y su paso cansino hacia la izquierda. Desaparece. Es una figura fantasmagorica y espeluznante. El exterior de mi edificio esta hecho mierda, con grandes pedazos caidos y derruidos, donde se pueden ver cañerias y las tripas metalicas desnudas de el interior. Grandes pedazos de parede desaparecidos por cien años de malas noticias, de mal clima. Voy al primero para ver las ventanas que dan a la terraza de el edificio del al lado, llevo un cuchillo grande. Primero es un cuchillo blanco, despues un cuchillo con el mango de asta. Abro la ventana.
La japonesa del primer piso me dice, riendo, desconsolada e histerica, asiatica como es:
- Total tengo los 4000 pesos de su alquiler.
Me doy vuelta y otro ponja con barbijo se sonrie achinando mas los ojos, si eso es posible.
Tomamos un colectivo, tal vez el 118... azul y blanco y rojo.
Vamos a bajar del colectivo solo si empujamos a travez de un contingente de loquitos que huelen muy mal, vestidos con camisas que huelen a mierda y orina.
Son fibrosos y atleticos, tal vez pasen hambre, pero no les importa, estan demasiado locos para reaccionar.
La lluvia ha parado. Voy con ella a buscar al merodeador. Resulta que me parece que lo he visto vendiendo café, con algunos termos debajo de los brazos. Vamos hacia el lado de Dorrego y Libertador. Por alguna razon siento la presencia de un tren en las proximidades... trasunto un andén. Espacio verde, oxígeno. El sueño transcurre inmisericordemente. Bajamos a la altura de una plaza, un espacio verde, vamos a donde sé que estan los indigentes y los locos. Caminamos. Veo un cumulo de gente, una pequeña muchedumbre nefgril, son niños harapientos de la calle, hostiles, desenfrenados, que te quieren chetear hasta la ultima colilla de cigarrillo. Algunos viven en taperas y en casitas improvisadas con telas y plasticos. Huelen. Se acercan, me hostiga por algo, quieren algo... Seguimos caminando y tomamos un colectivo. Es un colectivo lleno de luz, brillante. Vamos andando en lo que seria contramano de Libertador. Estamos en avenida Libertador pero en realidad estamos en otra calle, no una avenida sino una calle, una calle palermitana, y llegamos y nos bajamos y vamos directo a EL LOQUERO. En el loquero, en el garage, a puertas abiertas, esta Dolores, mi ex novia de el 2004, en bata. Tiene una mancha de mierda en la bata, esta con su caracteristico pelo canoso teñido de un negro mate furioso en mechas secas, que casi le cubren la cara y su nariz de botonncito, un angel caido. Se la ve rejuvenecida, pero esta vestida con harapos, una salida de baño con mierda en las piernas. Sale corriendo despavorida, despatarrada: no quiere que la vea en ese estado. Se pierde por un pasillo lleno de luz, un patio interior, con mucha luz: es su casa, es donde vive de ahora en adelante. Está internada ahí. Ha sido olvidada. Vuelve a mi, sonriendo, caminando pesadamente. Saco de una bolsa un poco de ropa limpia y se la doy junto con un set de acuarelas o una bandeja de pinturas al oleo. Ella estaba dibujando. En la cama, junto a alguien mas. Ella sonrie una sonrisa muy tierna y fragil, de persona herida, de persona que vive dia a dia alejada de su familia.
Paso con mi tia Graciela (EL JUEZ DE TODO)(ha aparecido de la nada) hacia la dirección del nosocomio mental. Nos recibe un medico con rulos entrecanos. Nos pide que tomemos asiento y empiezo a describir al merodeador, a el intruso, estoy seguro que es uno de los internos, empiezo a describir sus brazos, su porte, su altura, Estoy sentado en una silla adelante del escritorio del medico. Mi tia me interrumpe para tergiversar todo lo que digo. Me interrumpe y yo le digo que se calle. Ella pone cara turbada y tensa y se calla.
Yo vuelvo la cabeza hacia el medico y el medico me mira, y yo me ahogo, ella ha tergiversado mi testimonio!
Me hundo en la silla, el medico parece estar a dos metros de alto, el sol entra por una ventana detras de su cabeza. Esta silla está muy abajo. me hundo, haciendome pequeño, perdiendo mi caracter y mi capacidad de voz.
El sueño termina.
Me desperté con una comezón en el pomulo izquierdo, inflamado por el sueño. Me pica el ojo.
La turbiedad del sueño me ha dejado ligeramente molesto, conmovido, enfebrecido.
Esas lluvias son demasiado, a veces. Tengo un problema con las lluvias fuertes, me hacen sentir extremadamente vulnerable, como si el agua fuera a entrar en toda la casa e inundarla de tristeza.
Fue bueno verla a Dolores en mi sueño. No fueron las mejores circunstancias, pero hubo una conexión. Yo la queria mucho a ella, fue mi primer novia, a los 30 años. Nos gustaba hacer el amor a la noche a escondidas de... mi tia... en mi propia casa.
Pobre mi tia, como ha sufrido en el pasado ver como yo lloraba constantemente.
Eso si, no me pude echar un polvo como la gente hasta los 30 años...
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