Estabas solo
Comias de vez en cuando unos fideos con un poco de atun desmenuzado
por sobre los fideos
los fideos estaban pasados y reblandecidos
casi una crema
sabían a desesperaza, el atún desmenuzado era en realidad
mayormente colas de sardinas y pequeños huesos
los huesos se rompian con una blandura impersonal
en tus cinco únicas muelas
bajaste de peso a pesar de solo comer sémola
bajaste de peso y te deslizaste por esta pendiente tan
conocida
hace tantos años atras
trescientos sesenta y cinco dias comiendo esa mierda
en un bol de vidrio que se cayó al suelo y se rompió en
mil agujas que como estabas descalzo se te metieron en las plantas
algunas agujas de vidrio aun se mueven debajo de los callos
y la epidermis
cuando salis de el baño en toalla a sentarte a la silla del living
que parece que pronto va a tener tres patas
y que cuando se rompa no va a poder ser reemplazada
porque las dos personas que te ayudaban de vez en cuando con unos
pesos ya rozan los ochenta años y tu te has vuelto viejo y enfermo con ellos
a la par de ellos, mimetizado en una simbiosis monstruosa de cariño
y absolutamente intrinseca comprensión de los tiempos y las pérdidas.
Sí, a sabiendas de la meta final, sin laureles y con pena de catafalco de
doscientos años, llegar, era solo un envió vago en la punta humeante del cigarrillo.
Estabas solo, herido, muerto de frío, sin mantas para taparte y ahora
ya no estas solo, pero te mueres de frío, me digo, Fernando, paciencia
todos pueden vivir sin comer una vez que se lo proponen
o eso dicen los que tienen un auto, viajan grandes distancias
y saben como encarnar un anzuelo.
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