martes, 8 de enero de 2019

SOBRE LA MÚSICA AQUÍ. 2019 ALLÁ VAMOS.

Hace tiempo me di cuenta de que podia tener otra voz. Sin cantar. ya bastantes chillidos salen de mi garganta para que tarde o temprano me dijeran: "Dejá de chillar como una puta".

Allá por el 2014 empecé a tocar el organete y me di cuenta que con unos sonidos de sintes podia emular con torpeza lo-fi los sonidos de cuerdas y las cosas emocionales intimas salieron para afuera en torrente, lo cual agradecí muchisimo. Carla me ayudo mucho enseñándome los secretos del multi-trackeo con el Cool Edit, lo cual fue una bendicion, Dios la bendiga a Carla por darme esos 20 minutos que soliviantaron 20 años de grabacion pista por pista con el Goldwave y me llevaron a abrir los ojos como si hubiera mordido la manzana prohibida en el jardín del Edén.

Del Cool Edit, un programa desactualizado de 1996 que milagrosamente funciona en windows 7, pasé al Mixcraft. Me dije, si con esto puedo hacer esto otro, con esto otro puedo hacer mil cosas mas. Con el Mixcraft vino el bichito del Midi, me compré un controlador pequeño, y entonces si que se ARMÓ GOMA.

Cada dia que hago alguna canción o una pieza instrumental con esas cuerdas tan emotivas y cursis que tanto me gustan, le doy gracias al cielo por tener ese outlet que tanto necesitaba: callarme la boca. Si con hacer silencio puedo comunicarme a mi mismo y a cualquier inadvertido que ande ahi afuera las cosas de mi cabeza y mi corazón, entonces estoy satisfecho. Mi vida es de repliegue perpetuo, de aislamiento bien aprendido, de bunker solitario, pero quien tiene la musica nunca está solo. Me conozco: Uno es torpe pero aun cuando la soledad vilifica patentemente, uno se guarda y deja que el magma loco salga por los canales adecuados y mas honorables, o por lo menos la mayor cantidad de ellos.

Creo que lo único que uno hace es pedir validación y consuelo. Y entonces uno da vuelta la cabeza con este orgullo agridulce. Agridulce nunca es la dulzura, solo un pasaje transitorio. Dios sabe que me cago en pedir disculpas o salvar al mundo, pero un tiene algo de eso adentro. Y es un pensamiento recomfortante. Tengo que aferrarme a esto, porque me va la vida: musicalmente, estoy en el mejor momento de mi vida, y me complace y me hace gratísima companía estar junto a los sonidos de mi corazón. Si hay alguna sinceridad total adentro mío, está en mi música. Siempre con la verdad, eso me lo enseñó un gran tipo que me salvó la vida un par de veces. 

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